Las salas de conciertos naturales son algo extraordinario y muy escasas. Después de todo, ¿cuáles son las probabilidades de encontrar una cueva subterránea, con suficiente espacio para montar una orquesta e instalar asientos, un impresionante telón de fondo y una buena acústica para apreciar la música que se ofrece? Ah!, y fácil acceso también: nadie quiere arrastrarse a través de túneles claustrofóbicos dos veces en una noche para disfrutar de un concierto. Eso es lo que hace que la Cueva de San Miguel en Gibraltar sea tan especial. Es un auditorio natural, de techo alto, con mucho espacio para músicos y público, y unas calidades acústicas espléndidas para sacar lo mejor de la música.